Mi book de fotos...Para que nunca me olvides.

lunes, 14 de mayo de 2007

Despues de mi muerte.



Lo que fue de mi ya no lo es y susurra mi alma al viento, pues es lo ultimo que de mi tengo.

viernes, 11 de mayo de 2007

LLanto y espera.



Son tus labios, aquel suave sueño,
sueño que me lleva a delirar
en noches oscuras
sin tu amor.

Solo, distantes, este ultimo
arraigado a mi pecho
me lleva a llorar
lagrimas endosadas
en mi locura.

Solo aquí, bajo los bosques de otoño
te espero.

Sincera mi esperanza
en la espera de tu regreso
dejando caer a mi alrededor
las hojas que mueren
al pasar el tiempo

Del otro lado de las lagrimas.


Si no me acompañas
caminare triste
y una vez sola
en la oscurida
de mi alma pedecere.

Jamas te daras cuenta
cuanto me has hecho sufrir.

Dilatas la huella
que nos separa,
Ahora te veo
del otro lado de las lagrimas.

El dolor dilapida
mi amor
transformandolo
en seniza y flores podridas

Y muriendo asi mi alma
caera entre las sombras del infierno

Cuanto dolor siento
al tenerte por primera vez ten lejos

A travez de los ojos del cielo



Siempre que miro el cielo y blancas las nubes se asoman, recuerdo tu mirada pasiva y tu voz en el viento me asombra.

jueves, 10 de mayo de 2007

Pétalos Rojos




El fino rostro de la muerte, a mis espaldas yacía, como lúgubre presagio del fin de mis días.
De entre mis manos broto sangre oscura, manchada de odio.
Esta me susurraba al oído, una cruel venganza que deseaba extenderse en el mas allá.
Deseoso de partir lejos de aquella extraña habitación, corrí a la puerta, y cruzando por ella vi que todo era distinto a como era anteriormente.
Parecía tan tétrico, mi alma sollozaba de tristeza y me sentí muerto.
Muerto como la oscuridad que me invadía, pude verte, entre las negras cortinas, aquel rostro pálido, sin vida.
Te enterré en mi mente viva sombra de mi locura, cerrando mis ojos a tu cruel verdad naciente.
Pero era inútil tus lagrimas rojas mancharon mi alma. Y, convertido yo en un monstruo deje de ver con ojos de simple mortal, la complejidad del ser humano que alguna vez supe ser.
Tu grito feroz de odio irrumpió en mi, como la mismísima daga de la muerte, cortando mi respiración a cada paso hacia tu trono de horror, que frente a mi se presentaba.
De un momento a otro, recordé tus caricias, recordé tu amor, todo lo que fue, y rendido caí a tus pies.
De rodillas, y en el suelo, pude ver las marcas que mi fatal locura dejo en tus blancos pies, ahora muy lejos de este mundo, quizás.
Pero para mí, sigues presente, aunque ya no me aportas ternura, sino que deseas venganza.
Para no recordar aquel fatal suceso, que te llevo a la tumba deberé imaginar la manera de que me perdones, y así, ambos recuperaremos nuestras almas.
Entonces, me levante y con mi ultimo rezago de esperanza, extendí mis manos para abrazar el cuerpo dañada de mi amada.
Y pude sentirlo, tan frío como el mármol, tan triste como la muerte y tan muerta como sus manos. Sus manos, tomadas de las mías, como el dueño de un a muñeca jugando a la rueda, en una ronda de no mas de una vuelta, triste como mis lagrimas, moría entre palabras.
Pedí perdón, mirando al cielo, pedí y rogué clemencia. La blanca dama negra sonreía con sus pequeños labios de amatista, quebrada, bruñida, empobrecida.
Como una rosa, veo caer sus rojos pétalos marchitos y sobre la alfombra de estos danzamos juntos.
Su cabello, acompaña mi danza y la veo atenta fijo mirando el cielo.
De repente, en medio del baile su cabeza besa mi pecho y recuerdo que en realidad seguía muerta.
Entonces con furia la arrojo a un triste y desalado rincón en penumbras.
Con sus finos cabellos negros como la noche tejo en mi brazo una pequeña pulsera que poco a poco comienzo a sentir hundirse entre mi piel y los pétalos del suelo se pudrieron de odio e incertidumbre.
Colorid como el ocaso, la habitación y su cuerpo cubiertos de pétalos están, pero no son puros pues por mis venas han dormido ya.

La Muerte



Las sombras de la muerte envuelven la luz de la vida que se consume segundo a segundo.

Vivir en vos.



Es la soledad infinita que me transforma
en un ser sin alma y fría de sangre y corazón

Es solo el murmullo del viento que me aturde.
Es la palabra mas triste, aquel silencio impertúrbale.
Es como el fuego cuando araza una aldea y solo deja
silencio y cenizas


El viento entre edificios sopla mas que el sonido de tu voz
Las olas del mar se escuchan mas en el decerto que tus palabras en mi corazón.
Los objetos que me rodean cuentan buenas anegadotas del tiempo que se va,
solo se todo de sus vidas. Tuve mucho para oírles y ser oída!.

Que cree de los milagros?
Un milagro seria tu voz en la oscuridad de mis días
Una palabra en lo profundo del oscuro abismo que me frecuenta.

Pero el silencio no me deja escucharte
Y a mis palabras se las lleva la muerte en el ocaso hiriente del dia

Estas lejos, lo se, pero mi corazón aun te busca;
De a ratos te encuentra perdido, no se en que pensando
Pero una cosa es segura, solo una cosa, te amo,
y ni el silencio ni el abismo puede cambiar eso.

Que es la carne si no hay un alma que la mantenga de pie?
Crees que mi carne te amó?
solo en ocasiones
pero mi alma no puede evitar sentir amor
y llorar cuando estas ausente,
sonrojar cuando tus ojos me miran los míos.

Es mi alma la que estremece la carne cuando me tocas
Mi alma, la que busca esta noche soñar, vivir en vos.

La noche es



Cuando la noche se adueña del cielo
y sus estrellas lentamente encienden al calor del mundo
Solo se oye el silencio del viento.
El mundo cambia y desde mi ventana lo veo.

La luna, con su luz, ilumina mi bosque
y cada árbol se hace sombra a mis pies.
Camino entre sus hojas secas de otoño
buscando aquella razón para volver a ser.